Administración Pública: el inaplazable reto de transformar el talento
Ha sido uno de los sectores más impactados por los efectos de la Covid-19. La Administración Pública se ha tenido que adaptar, con una velocidad de vértigo y en la mayoría de sus ámbitos, a un nuevo modelo de trabajo para poder atender en remoto a los ciudadanos durante la pandemia. Por un lado, los empleados públicos han tenido que resolver nuevas peticiones derivadas de esta situación excepcional. En otros casos, simplemente su trabajo habitual debía continuar desde sus casas. ¿Estaba el sector preparado para esto? He podido asistir recientemente a un encuentro con diferentes representantes de la Administración General del Estado, Autonómica y Local de las áreas de Transformación Digital, Economía y Empleo y su respuesta ha sido clara y unánime: “la Administración no se ha parado”. Y en gran parte, ha sido por la actitud positiva que los empleados públicos han tenido durante la crisis, pero también porque muchos de ellos han visto en esta situación disruptiva una manera de poner en valor su trabajo.
Desde la distancia forzada del teletrabajo, por ejemplo, han sido capaces de seguir gestionando millones de expedientes o de responder a innumerables consultas. Y todo gracias a un despliegue sin precedentes en el que, además de la tecnología en sí misma, ha sido fundamental la gestión de las personas por parte de los responsables de las administraciones.
Hacia una Administración Pública verdaderamente digital
Y en esta gestión han jugado un papel muy importante conceptos como la comunicación, la formación, la colaboración… Conceptos que han impulsado el éxito en esta adopción ‘forzada’, pero que, además, nos dan la clave para imaginar cómo deben ser los próximos pasos para construir una Administración Pública verdaderamente digital. Porque no solo se trata de trasladar lo que se hace de manera presencial al mundo online, sino de transformar desde la base los procesos para que se asienten sobre cimientos digitales sólidos y sostenibles en el futuro. Por eso, y una vez cogido el testigo de esta aceleración digital, es hora de diseñar lo que vendrá en el futuro. Estos son algunos de los escenarios de trabajo que se destacaron durante el encuentro:
- Formación: enriquecida con nuevas tecnologías, como la hiperrealidad, puede suponer una revolución en el entorno profesional, tanto para los propios empleados públicos como para el ciudadano en busca de trabajo o nuevas capacidades.
- Servicios personalizados: dirigidos por empleados públicos que sepan orientar a los ciudadanos, con la ayuda de plataformas que sepan explotar y sacar valor de los datos.
- Reducir la brecha digital: revisar y volver a transformar algunos procesos que ya tienen una base digital para que todos los empleados y ciudadanos puedan acceder a ellos, independientemente de dónde vivan, su edad, sus conocimientos, etc.
- Cambio cultural: el objetivo es vencer esa resistencia al cambio con políticas y modelos adaptados al nuevo modelo. Hablamos de nuevos mecanismos de seguimiento profesional, formación personalizada o modelos de retribución en base a nuevas capacidades.
- Automatización: existen muchas tareas administrativas que no aportan valor y se pueden automatizar. El objetivo es identificarlas y poder reconducir a los empleados públicos hacia tareas de más valor para el ciudadano.
- Colaboración: el cambio, el verdadero, no será posible si no se colabora entre las administraciones para crear procesos unificados, tanto de cara a los empleados como para la experiencia del ciudadano con la Administración.
Una hoja de ruta para la transformación
Desde IBM ponemos a disposición de las Administraciones Públicas una hoja de ruta para la transformación basada en nuestra propia experiencia. Durante los últimos años hemos conseguido capacitar al 80% de nuestros empleados en las nuevas habilidades que el mercado nos demandaba, y hoy, de hecho, el 50% de nuestros ingresos provienen de capacidades que hace cinco años no existían. Ayudamos a las administraciones a identificar los roles críticos para su organización, así como a transformar la gestión del talento para crear nuevos modelos de evaluación seguimiento o retribución de los empleados. También ponemos a disposición de estas entidades portales de conocimiento para que puedan rescatar contenidos o reorganizar sus recursos internos. Y, en definitiva, podemos ayudar a la Administración a impulsar una nueva cultura de digitalización y a gestionar el cambio. Solo una Administración digital impulsada con el convencimiento y el compromiso de los propios empleados públicos tendrá valor para el ciudadano y, por tanto, para el conjunto de la sociedad.
Si quieres conocer cómo las compañías líderes se preparan para afrontar el futuro de sus organizaciones y la gestión del talento, puedes ver el encuentro que El País Retina organizó con IBM: «Covid-19 y el futuro de los negocios», aquí.