¿Por qué Big Data?
A finales de 2013 y principios de 2014 multitud de webs y empresas de renombre se aventuraban a pronosticar cuáles serían las Top 4, 5 o 10 tendencias IT para el año que comenzaba. Como era de esperar, no hubo grandes sorpresas, pues llevamos ya varios ejercicios en los que el mercado se mueve alrededor de Cloud, Mobile, Seguridad y Big Data.
Nadie puede negar que el Cloud sea ahora una prioridad para la mayoría de empresas, pues mientras a nivel personal llevamos años usando aplicaciones y herramientas en la nube como Hotmail, Gmail, Dropbox o cualquiera de las redes sociales, en las empresas prácticamente todo seguía haciéndose in-house. Ahora la oferta es mucho más amplia: a diario oímos hablar de IaaS (cloud privado, público o híbrido), PaaS o SaaS sin que nos sorprenda.
Tampoco sorprende que hablemos de los móviles en todas sus vertientes (smartphone, tablet, apps), pues si hay algo de lo que no podemos prescindir son nuestros pequeños ordenadores de bolsillo. Además, tendencias como BYOD han eliminado la brecha que separaba el uso profesional y el personal, complicando ligeramente la vida a los responsables de sistemas, pero simplificándosela a los trabajadores.
La seguridad nunca es la protagonista, pero nadie la olvida. En julio de 2013 Ginni Rometti, CEO de IBM, afirmó que “los datos son el nuevo recurso natural”; si valen tanto, habrá que tenerlos a buen recaudo. Se trata de una constante en cualquier proyecto que tratemos, desde la migración al cloud hasta el desarrollo de nuevas apps para el móvil o la recopilación de datos, la seguridad no puede fallar.
Así llegamos al Big Data, la cuarta de las tendencias enumeradas más arriba, también muy presente en todos los discursos, pero probablemente menos entendida por la amplitud de su definición. ¿Qué es Big Data? Literalmente “grandes datos”, y lo cierto es que no estamos muy equivocados. Vamos a dar un pequeño rodeo que nos permitirá entender un poco mejor su importancia.
Una de las primeras cosas que hacemos a diario es mirar el móvil: ver si tenemos nuevos correos, la actividad de Twitter, la predicción del tiempo, tal vez el tráfico que tendremos… y por supuesto Whatsapp, cómo no. Sería fácil pensar “Estamos hablando de Smarter Planet y The internet of the things”, reflejando la idea de que todo está interconectado y seguramente podemos sacar más provecho de ello. También cabría pensar que hablamos de cloud y movilidad, o de cómo hoy en día es posible acceder a nuestra información desde cualquier parte porque “está en la nube”. Ya nos vamos acercando. Efectivamente la clave es la “información”, pues es lo que nos permite sacar más provecho de los datos que generamos, el nuevo petróleo, siguiendo la analogía empleada anteriormente.
Todos tenemos claro que cada vez generamos más datos. Datos que las empresas quieren aprovechar, pues conocer mejor a los clientes es la llave para realizar mejores propuestas, estimaciones y por lo tanto para incrementar las ventas. ¿Hay algún beneficio para el cliente? Sí, al conocerle mejor, recibe información, ofertas y propuestas que realmente se adecúan a lo que está buscando, a lo que le interesa.
Cuando se inicia un proyecto de Big Data, la primera prioridad suele ser la capacidad de almacenar todos esos datos que estamos recibiendo. Pero no debemos perder de vista que la finalidad es analizar esos datos, de forma que antes de poner en marcha el almacenamiento es preciso pensar cuáles de los datos son (o serán más adelante) interesantes. Hay datos que por muchas vueltas que les demos y a muchos procesos que les sometamos, no van a sernos útiles; entonces ¿para qué guardarlos?
Es cierto que cada vez resulta más difícil diferenciar Big Data y Business Intelligence, porque al final lo que queremos realmente es convertir esos datos en información y poder sacarle partido tomando decisiones empresariales más acertadas. Entonces ¿por qué Big Data? El mundo hoy avanza muy rápido, si te retrasas respecto a tu competencia es muy difícil recuperar el terreno perdido. Un ejemplo sería lo ocurrido con Nokia, que en tan sólo unos años ha pasado de ser líder en telefonía a casi un jugador marginal en el nuevo mercado de los smartphones, y todo por no haber sabido escuchar a sus clientes.
Los clientes no van a decirnos “si me das esto te compro”, pero a través de los distintos canales sí que mandan retazos de información sobre cuáles son sus prioridades, preferencias, necesidades, factores de decisión, … información no estructurada que es necesario analizar, estudiar y comparar. Pero siempre el primer paso es captarla y almacenarla. De ahí la importancia de Big Data. Mientras más información y de más calidad tengamos, mejores serán nuestros análisis y por lo tanto más acertadas nuestras decisiones, con el claro objetivo de llegar siempre los primeros al mercado.